Salen los suplentes, nadie da ni un duro por los
titulares, menos por ellos. Pero un gol cambia todo el pardo.
La grada está en silencio, tienen el miedo en el cuerpo.
Quedan 87 minutos en los que un gol te provoca pánico.
Este gol llega, aunque tarde para el Arsenal. Del 85 al
90 se juega no más de 30 segundos.