Salen los suplentes, nadie da ni un duro por los
titulares, menos por ellos. Pero un gol cambia todo el pardo.
La grada está en silencio, tienen el miedo en el cuerpo.
Quedan 87 minutos en los que un gol te provoca pánico.
Este gol llega, aunque tarde para el Arsenal. Del 85 al
90 se juega no más de 30 segundos.
El árbitro sigue con la tónica: tres minutos de añadido,
en los que se juegan 10 segundos.
Antes ha señalado un fuera de juego de chiste cuando
Walcott estaba uno contra uno con Neuer, ha perdonado la expulsión a Javi
Martínez en una muy similar a la de Nani y ha permitido que cada caída fuera un
respiro para los locales.
Que el arbitraje haya sido sospechoso no quita que el
Bayern haya sido el mejor equipo claramente en la eliminatoria, sobre todo en
Londres.
Pero, tal y como se demostró más que nunca en las
semifinales del año pasado entre el Barça y el Chelsea, el juego no justifica
el ganar. Solamente los goles.
El Bayern ha perdonado algunas ante una gran actuación de Fabianski,
suplente de Szczesny (que estaba descansando) y que hacía más de un año que no
jugaba. El Arsenal ha disparado dos veces a portería y ha marcado dos. Pero le
han quitado la jugada del tercero.
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