Sólo quedan dos objetivos: asegurar la clasificación para
la próxima Champions y ganar la FA Cup. Fallar en cualquiera de las dos es
declarar la temporada como fracaso y tirar la primera ficha de dominó de un
seguido de cambios que entonces serían inevitables.
Será imposible entender la continuidad de Wenger si no se
cumplen esos dos objetivos, que ahora mismo son perfectamente factibles. Aún
cumpliendo, habrá que hacer cambios, porque el equipo tiene problemas que lleva
arrastrando toda la temporada.
En primer lugar, falta calidad. Se necesita más talento,
sobre todo arriba. Cazorla y Podolski no han dado la talla esta temporada, por
ejemplo. Ni combinan, ni defienden ni toman buenas decisiones. Tienen una
aportación neta negativa.
En segundo lugar, las lesiones. Las primeras fueron por
mala suerte: Oxlade-Chamberlain, Walcott y Podolski. Marcaron mucho el reparto
de fuerzas en la zona de ataque. Imaginad si hubiera estado todo el año
Chamberlain como está jugando ahora; imaginad los goles que habría marcado
Walcott, que ya hizo muchos en los pocos partidos que estuvo bien entre lesión
y lesión.
Las otras han sido provocadas por sobreuso y poca o nula
rotación: Ramsey y Wilshere principalmente. Jugaron todo mientras estaban bien,
hasta que no lo estuvieron. De hecho, con Giroud ha pasado lo mismo, solo que
en lugar de lesionarse ha jugado tremendamente peor.
En tercer lugar, la inestabilidad y debilidad mental del
equipo. Puede que esté relacionado con los otros dos grandes problemas: la
falta de calidad diferencial (al menos la que ha habido disponible) quita
confianza al equipo, y la manca de fuerzas a estas alturas de temporada también
afecta a la resistencia mental. Aunque también se podría decir que la falta de
resistencia mental afecta a la resistencia física.
La cuestión es que las goleadas recibidas tienen una
explicación psicológica, y hay que hallarle solución lo antes posible. La
cuestión es también que el equipo nunca sale con intensidad excepto en la
tradicional ida de octavos de Champions, donde, si el árbitro lo permite, el
buen juego dura una media horita.
Esto no es suficiente para competir por la liga, que debe
ser el objetivo a partir de ahora que se ha salido por fin del tiempo de
austeridad provocado por el cambio de estadio. Hay que salir a matar en todos
los partidos desde el primer minuto. Y esto ya se veía venir, porque muchas de
las victorias del Arsenal esta temporada son por un gol o dos como mucho; es
decir, especulando y trabajando lo mínimo en ataque, cosa que ya es triste.
Si Wenger sigue, hay que volver a los orígenes. Calidad en ataque por
encima de especulaciones. Rapidez en el juego y ambición. Determinación en los
pases, movimientos sin balón y, por encima de todo, un juego sano, con
confianza. Basta ya de juego depresivo.
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