jueves, 16 de diciembre de 2010

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DE QUE VA EL CITY

Carlos Tévez ha enviado un “transfer request”, es decir, una petición para salir del equipo. En Inglaterra eso es algo bastante serio, algo oficial, y que los aficionados de sus equipos no se toman en broma. ¿La respuesta del City? No. Sin más. El City no es un equipo que se ande con rodeos, sólo que ha tenido que pasar algún tiempo para que se viera la actitud esclavizadora e irresponsable de sus dueños.

Modus operandi

Los jugadores fichan por el City. Todos son muy felices, y sobretodo dicen no haber ido al City por el dinero, sino por un proyecto ambicioso e irrechazable. Juegan durante un tiempo, y se estabilizan en un rol.


El siguiente paso es al final de temporada. Otros nuevos jugadores han destacado con sus equipos, y el dueño del equipo, que es un gran aficionado al buen fútbol aunque no entiende ni mucho ni nada, quiere nuevos caprichos. Hay más fichajes, nuevos jugadores ilusionados y la misma historia del verano pasado.

Solamente hay un pequeño problema, que no ocurriría si el derrochador de petrodólares fuera un poco responsable. El City ya tiene una plantilla muy, muy larga, y no están dispuestos a reforzar posibles rivales de su país. Así, terminan ocurriendo casos como el de Craig Bellamy.

El increíble caso de Craig Bellamy

Él era un jugador de banda, que tenía llegada hasta el centro. Pequeño, con un centro de gravedad muy bajo, fuertísimo y con gol. Un jugador nacido para luchar, y en la Premier se encontraba como pez en el agua.

Sin embargo, su destino un día cambió. El City debía fichar a más delanteros, en este caso a Ballotelli: aparentemente un jugador de confianza de un entrenador que no sería nada raro que no estuviese la próxima campaña.

Ya había superpoblación ofensiva, aún más teniendo en cuenta del gusto de Mancini para el fútbol defensivo. Así, decidieron que el muchas veces problemático galés se fuera. Algunos equipos, por no decir casi todos los de la Premier, se mostraron interesados. Lejos de querer llegar a un final bueno para todas las partes, los dirigentes del City se negaron a traspasarle a cualquier equipo que pudiera enfrentarse a ellos. Cuesta entender porque no dejan ir a sus jugadores descartados, al fin y al cabo, ellos creen que tienen otros mejores, ¿no?

La única oferta que le hicieron, y gracias, fue que volviera a su tierra, a Gales, a jugar en el Cardiff City. Podría estar cerca de su familia, en su país, más al sur y por lo tanto con mejor tiempo y más sol… y en el Championship. Así es como terminó, por si alguien se lo preguntaba, un jugador del nivel de Bellamy a un equipo de segunda división.

Plantilla larga

Otros jugadores han tenido un destino incluso peor, aunque quizás menos humillante, que el de Bellamy. A Mancini le gusta jugar con once peones, al estilo Mourinho. Tiene a un grupo bastante pequeño al que siempre pone, haciendo pocas rotaciones, sobretodo en Premier League.

Sin embargo, el City tiene una primera plantilla de 32 jugadores. Además, hay que sumarle siete que están cedidos. Eso hace un total de 39 jugadores en verano, más los usuales 4 o 5 fichajes que al dueño le apetezca hacer.

Por suerte para los jugadores, hay una norma que pone fin a su dependencia del club, aunque no he podido encontrar ninguna fuente. Se ve que si un jugador, sin motivo de lesión, no juega no recuerdo si un mínimo de partidos o un tanto por ciento, tiene el derecho de al cabo de un año de esta situación irse totalmente libre, sin que el club propietario pueda hacer nada.

La lección

De momento Carlitos agacha la cabeza y sigue trabajando, él es un gran profesional al fin y al cabo. Seguro que en los próximos meses volverá a hablar, es guerrero hasta en los despachos y no va a dejarse domar fácilmente.

A partir de ahora, todos los futbolistas que oigan del City sabrán lo que les espera. Sea quién sea, por mucho que te paguen, no tendrán ninguna garantía no sólo de no ser titulares, ni entrar en el banquillo, sino de que les dejen literalmente marginados, fuera de la plantilla o que les manden a cualquier equipo de segunda. Ahora ya sabemos de qué va el City, y aunque lo pudiéramos sospechar, lo hemos confirmado.


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