El domingo
se enfrentaban Manchester City y Manchester United, partido de la tercera ronda
de la FA Cup. Vincent Kompany, capitán de los citizens, fue expulsado en el minuto 12 de la primera parte. Aunque
el United ya ganaba por 0-1, esta expulsión quitó gran parte de las
posibilidades de los locales de empatar o remontar, y además fue una expulsión
muy discutida.
Como se ve
en el vídeo, Kompany no toca en ningún momento a Nani. El portugués ni siquiera
protesta nada, ni se cae al suelo. Sólo salta y después se pone a perseguir al
belga para recuperar la posesión. Sin embargo, el árbitro Chris Foy detiene el
juego y, mientras Rooney le recordaba alguna parte del reglamento, expulsa a Vincent
Kompany.
Lo que
Rooney le indica es que el defensa del City ha hecho una entrada con los dos
pies por delante y que, siendo estricto con el reglamento, eso debe traducirse
en roja directa -con su correspondiente sanción de tres partidos.
La verdad
es que Chris Foy no parecía necesitar ningún recordatorio, pues iba derecho a
expulsar a Kompany. Y creo que la expulsión, aunque parece rigurosa según cómo
se mire, es correcta y necesaria.
Las últimas
temporadas ha habido muchos casos de piernas rotas en la Premier, como Diaby,
Ben Arfa, Zamora o los casos más famosos de Eduardo da Silva y de Ramsey. En
casi todos estos casos, las entradas que habían recibido eran de jugadores de
una masa respetable que se lanzaban –algunas veces con mejores intenciones y
otras con peores- con ambos pies al balón dividido, aparentemente con mucho
coraje, pero sin ningún riesgo para ellos de hacerse daño. Y mucho de hacérselo
a su adversario.
Ya desde el
principio de la temporada pasada me había parecido que los árbitros tenían
nuevas indicaciones: cualquier entrada con ambos pies por delante es expulsión.
Pero este partido ha sido seguramente el que tenía más audiencia en que ha
habido una expulsión de ese tipo, y sin duda la expulsión que menos parecía de
ese tipo. En mi opinión la FA hace bien en ser estricta con ese tipo de
entradas, pues lo único que se puede conseguir es evitar más lesiones
horribles.
Y no sólo
en eso está haciendo bien la federación inglesa de fútbol. Parece ser de las
pocas federaciones –si no la única- que se atreve a plantar cara a la FIFA en
cuanto al uso de la tecnología para ayudar a los árbitros. Pronto, la próxima
temporada o la otra como mucho, habrá un sistema para detectar los goles
fantasma, y seguro que después de esto vendrán más cosas. Sabíamos que el
estilo de arbitraje británico era bueno en su estilo dialogante con los jugadores,
pero también está demostrando ser bueno al adaptarse a nuevas necesidades con
valentía y determinación.
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